LIMA VIRREINAL

marzo 08, 2011 Úrsula Alvarado 0 Comments



La guerra fratricida entre Huáscar y Atahualpa creó el ambiente propicio para el derrocamiento del Tahuantinsuyo por parte de los españoles quienes al mando de Francisco Pizarro pronto tuvieron el apoyo de muchos pueblos que habían sido anexados al gran imperio no siempre de manera pacífica. Luego de la ejecución de Atahualpa y de la fundación de ciudades españolas como Piura (1532), Cusco (1534), Jauja (1534) y habiéndose ya elegido a esta última como capital de la Nueva Gobernación de Castilla, quisieron los españoles intentar encontrar un mejor asiento para el corazón del gran virreinato que se fundaba. Así se dispuso explorar hacia las costas, llegando entonces a Pachacamac, lugar que miraron con agrado pero al no contar con suficiente agua se dispuso enviar una comitiva  hasta estos lares del valle del río Rímac que partió un 06 de enero de 1535.

Lo que encontraron entonces cumplía todas las “bondades” que se requerían para la fundación de una gran ciudad: Buenos vientos (fríos, ya que los calientes se consideraban malsanos), buenas aguas (frescas, limpias y corrientes, ya que las estancadas eran consideradas enfermizas), buenos bosques (para el abastecimiento de leña), buenos pastos (para alimentar a los caballos), buenas tierras (para la cosecha), buenos indios (sedentarios, no de guerra) y la última que no siempre era posible, era la de contar con un “buen puerto”. Luego de contar al gobernador las buenas nuevas de la expedición al valle del Rímac, se dispuso la fundación de la “Ciudad de los Reyes” en recuerdo de la cercana fiesta de la Epifanía del Señor, el 18 de enero de 1535.
Luego de la ceremonia de fundación, se encomendó el trazado de la ciudad a Diego de Agüero y repartieron los solares alrededor de lo que hasta hoy sigue siendo el lugar más importante de Lima: la Plaza Mayor, en donde se centraron los poderes de la época colonial: La Iglesia de Lima (hoy la Catedral) y la Casa del Arzobispo (hoy Palacio Arzobispal), el Cabildo (hoy Municipalidad de Lima) y la Casa del Gobernador (luego Palacio de los Virreyes y hoy el Palacio de Gobierno) que se erigió sobre el edificio del Curaca Tauli Chusco.

Lima se convirtió en la colonial española más importante fuera de la península y a pesar de que fue víctima de varios terremotos que mermaban su desarrollo como por ejemplo el de 1746 que casi desaparece la ciudad, poco a poco se fue reconstruyendo. Las distintas órdenes religiosas construyeron solemnes iglesias y conventos y la influencia andaluza mudéjar se vio plasmada en la arquitectura y muy pronto la ciudad se llenó de los hermosos balcones que hasta hoy siguen caracterizando la ciudad, se erigieron hermosas plazas y alamedas y alrededor de la gran villa se construyó una gran muralla con fines militares y de defensa que ostentaba imponentes baluartes, puertas y portadas.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo se hizo más evidente el descontento originado por los abusos económicos y sociales por parte de los representantes de la corona española y diversos eventos mundiales como la Revolución Francesa (1789 - 1799) y la Independencia de las Trece Colonias norteamericanas se convirtieron en grandes antecedentes que inspiraron las ideas independentistas que pusieron fin a esta etapa de nuestra historia. 

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