LIMA PREHISPÁNICA

marzo 08, 2011 Úrsula Alvarado 0 Comments


Durante mucho tiempo se ha cometido el gran error de omitir esta parte importante de la historia de Lima que no empieza desde su fundación como ciudad española sino que se remonta muchísimos años atrás convirtiéndola en una ciudad milenaria, como prueba de ello te invito a que des una mirada alrededor de la localidad dónde vives, en casi todos los distritos están presentes las “huacas” y demás centros arqueológicos que dan fe de ello.

Los edificios y asentamientos más antiguos de este territorio datan de 5000 años de antigüedad y las primeras manifestaciones de “culturas locales” las tenemos a partir de los años 200 a.C. con la Cultura Lima. Según se sabe, sus habitantes tuvieron su centro administrativo en Maranga y combatieron la dureza del desierto limeño construyendo los primeros canales de irrigación del valle. Posteriormente esta labor de canalización fue continuada por la Cultura Wari que llegaron a nuestras tierras desde las alturas de Ayacucho. Con el decaimiento de los Wari diversos asentamientos surgen en zonas muy marcadas alrededor del vasto territorio limeño, como el Señorío de Huaura (Huaura, Barranca y Chancay), el de Chuquimango (de Mala a Cañete), el de los Atavillos (de Cajatambo a Canta), el de los Colli  (en la cuenca del Río Chillón desde Quives hasta el mar) y el de los Yschma (en el valle de Lurín hasta la parte baja de Lima) organizado en función a sus canales en los curacazgos de Sulco, Guatca, Lima, Maranca y Callao.


En 1450, el Inca Túpac Yupanqui llega al valle del Rímac y anexa los poblados de los diversos señoríos al imperio del Tahuantinsuyo. La maravillosa ingeniería y arquitectura inca llega a nuestro territorio no solo con la edificación de templos sino también con la extensión de ramales del Capaq Ñan o caminos incas que unieron diversos puntos del valle. Durante el reinado del Inca Huayna Capac, el valle del Rímac se encontraba bajo la administración del curaca Tauli Chusco quien se encargaba principalmente de administrar las aguas del río Rímac y cuya residencia se erigía en una zona estratégica del valle que le permitía llevar un eficiente control tanto de los canales de irrigación como de los tambos y caminos.

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LIMA VIRREINAL

marzo 08, 2011 Úrsula Alvarado 0 Comments



La guerra fratricida entre Huáscar y Atahualpa creó el ambiente propicio para el derrocamiento del Tahuantinsuyo por parte de los españoles quienes al mando de Francisco Pizarro pronto tuvieron el apoyo de muchos pueblos que habían sido anexados al gran imperio no siempre de manera pacífica. Luego de la ejecución de Atahualpa y de la fundación de ciudades españolas como Piura (1532), Cusco (1534), Jauja (1534) y habiéndose ya elegido a esta última como capital de la Nueva Gobernación de Castilla, quisieron los españoles intentar encontrar un mejor asiento para el corazón del gran virreinato que se fundaba. Así se dispuso explorar hacia las costas, llegando entonces a Pachacamac, lugar que miraron con agrado pero al no contar con suficiente agua se dispuso enviar una comitiva  hasta estos lares del valle del río Rímac que partió un 06 de enero de 1535.

Lo que encontraron entonces cumplía todas las “bondades” que se requerían para la fundación de una gran ciudad: Buenos vientos (fríos, ya que los calientes se consideraban malsanos), buenas aguas (frescas, limpias y corrientes, ya que las estancadas eran consideradas enfermizas), buenos bosques (para el abastecimiento de leña), buenos pastos (para alimentar a los caballos), buenas tierras (para la cosecha), buenos indios (sedentarios, no de guerra) y la última que no siempre era posible, era la de contar con un “buen puerto”. Luego de contar al gobernador las buenas nuevas de la expedición al valle del Rímac, se dispuso la fundación de la “Ciudad de los Reyes” en recuerdo de la cercana fiesta de la Epifanía del Señor, el 18 de enero de 1535.
Luego de la ceremonia de fundación, se encomendó el trazado de la ciudad a Diego de Agüero y repartieron los solares alrededor de lo que hasta hoy sigue siendo el lugar más importante de Lima: la Plaza Mayor, en donde se centraron los poderes de la época colonial: La Iglesia de Lima (hoy la Catedral) y la Casa del Arzobispo (hoy Palacio Arzobispal), el Cabildo (hoy Municipalidad de Lima) y la Casa del Gobernador (luego Palacio de los Virreyes y hoy el Palacio de Gobierno) que se erigió sobre el edificio del Curaca Tauli Chusco.

Lima se convirtió en la colonial española más importante fuera de la península y a pesar de que fue víctima de varios terremotos que mermaban su desarrollo como por ejemplo el de 1746 que casi desaparece la ciudad, poco a poco se fue reconstruyendo. Las distintas órdenes religiosas construyeron solemnes iglesias y conventos y la influencia andaluza mudéjar se vio plasmada en la arquitectura y muy pronto la ciudad se llenó de los hermosos balcones que hasta hoy siguen caracterizando la ciudad, se erigieron hermosas plazas y alamedas y alrededor de la gran villa se construyó una gran muralla con fines militares y de defensa que ostentaba imponentes baluartes, puertas y portadas.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo se hizo más evidente el descontento originado por los abusos económicos y sociales por parte de los representantes de la corona española y diversos eventos mundiales como la Revolución Francesa (1789 - 1799) y la Independencia de las Trece Colonias norteamericanas se convirtieron en grandes antecedentes que inspiraron las ideas independentistas que pusieron fin a esta etapa de nuestra historia. 

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LIMA REPUBLICANA

marzo 08, 2011 Úrsula Alvarado 0 Comments



Las diversas reformas comerciales y tributarias impuestas por la monarquía española habían ocasionado un desbalance tal en la economía de la ciudad que al llegar la Independencia del Perú de la mano del libertador San Martín, se vivió en Lima un periodo de suspenso y su desarrollo fue muy lento. Aún así se construyeron edificios básicos para la ciudad como el Cementerio Matías Maestro y la Biblioteca Nacional. Años más tarde, llegaría el apogeo con la venta del guano de las islas. Llegó el ferrocarril a la ciudad y el ornato se vio enriquecido por diversas esculturas que engalanaban parques y avenidas. Esta bonanza pronto atrajo muchas colonias extranjeras que vieron en el Perú una oportunidad de desarrollo. Los italianos, franceses, ingleses y chinos llegaron a Lima trayéndonos su cultura y sus matices -al igual que los africanos y centroamericanos que llegaron a Lima en nuestra era colonial- son parte importante de nuestra pluriculturalidad.

La muralla de Lima fue derribada bajo la premisa de favorecer el crecimiento de la ciudad y se construyeron las grandes avenidas. En esta época se erigieron además edificaciones como el Parque de la Exposición, el Mercado Central y la Penitenciaría de Lima. No obstante su creciente desarrollo, pronto la ciudad vivió una de las etapas más difíciles de su historia: la Guerra del Pacífico con Chile que destruyó la ciudad y saqueó muchísimos lugares valiosos como la Biblioteca Nacional y el primer Museo del Perú creado por San Martín, además del incendio y destrucción de los pueblos de Miraflores, Barranco y Chorrillos.
Luego de la guerra la capital tardó en reconstruirse pero con el paso de los años  y gracias a la exportación de productos diversos como la lana de oveja y alpaca, minerales como plata, oro y cobre, los productos amazónicos como café, coca y caucho y los costeños como el azúcar y algodón fuimos recuperando una estabilidad económica que nos permitió continuar el desarrollo del país. En Lima se erigieron importantes avenidas como el Paseo Colón, la Avenida Colmena y la arquitectura se rindió bajo la influencia francesa surgiendo los bellos palacetes art nouveau. Las celebraciones del primer centenario de la Independencia llegaron durante el gobierno del presidente Augusto B. Leguía, quien ordena la construcción de la segunda plaza más importante de la ciudad: la Plaza San Martín, las colonias extranjeras entregaron hermosos obsequios a la ciudad como la Fuente del Parque de la Exposición por parte de la colonia china, el Reloj del Parque Universitario de la colonia alemana, el Monumento a Manco Cápac de la colonia japonesa, el gran Arco Morisco por parte de la colonia española, el Monumento a la Libertad de la colonia Francesa y el Museo de Arte Italiano de la colonia italiana, entre muchos otros. Podría decirse que el presidente Leguía fue quién más contribuyó al embellecimiento de la ciudad pues se construyeron grandes e importantes íconos limeños como el Parque de la Reserva, el Parque Universitario, la Avenida Leguía (hoy Av. Arequipa) y los imponentes edificios mercantiles como el del Banco Central de Reserva, el Banco Internacional, entre otros.

La crisis económica y el terrorismo surgido en los últimos años opacó a nuestra capital pero hoy en día existimos quienes tratamos de reivindicarla y devolverle su invaluable legado e importancia dentro de nuestra historia. Este pequeño portal apuesta por la difusión de sus multifacéticas aristas culturales y pretende contribuir con la difusión de la historia y la protección y valoración de nuestra querida Lima. 

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